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CMLL en Ensenada, Mayo 22.

CMLL En Ensenada, 22 de Mayo del 2010 from Sergio E Robles on Vimeo.

Lucha Libre del CMLL en Ensenada, Oscar «Tigre» García, Mayo 22: El Texano y La Mascara calentando lona.

CMLL En Ensenada, 22 de Mayo del 2010 from Sergio E Robles on Vimeo.

Ante un Gimnasio Municipal medio vacío  (o medio lleno, según que tan optimistas seamos) se presento la función del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), programada para el 22 de Mayo.

Tras un retraso de una hora aproximadamente, saltaron al encordado Loco Man y Cardenal Jr, en un mano a mano que resulto agradable para el público, aunque en algún mal movimiento o mala caída, Loco Man tuvo una lesión en la pierna izquierda, aunque eso no impidió -después de un buen llaveo y buenos lances- su victoria sobre el Cardenal Jr.

La segunda lucha se dio en una modalidad fuera de lo común: Un todos contra todos, pero abajo del ring, esperaban las edecanes de esa noche con cintos en mano y listas para atacar a cualquiera que bajara -o cayera- fuera del ring sin haber sido rendido previamente. Aunque era una modalidad de «Campal», rápidamente se formaron los grupos en el cuadrilátero: Por un lado Platino (Que reemplazo a Mr Maldito en esta función),  Zarco y Cínico contra Zaeta, Flecha Roja y Loco Man, que esa noche dobleteó. Al final, después de varios cintarazos por parte de las edecanes, y vuelos y llaves por parte de los luchadores, el enfrentamiento final se dio entre Platino y Zaeta, quien tras aprovechar un error en un lance de Platino y haciendo gala de sus habilidades aéreas, puso a su contrincante en la lona, que acepto las 3 palmadas para dar el triunfo de la campal fue para Zaeta.

Aqui la función comenzó a tomar tintes de espectáculo; se presentaba Pierrothito (o Mini Pierroth) contra el mini-aéreo Mascarita Dorada.

El llaveo en esta mini-lucha fue poco atendido para dar paso rápidamente a las espectaculares evoluciones aéreas de un Mascarita Dorada inspirado por el apoyo del 100% de público presente. Aun al ser superado claramente en peso y estatura por el rival, eso no impidió que Mascarita aplicara castigo al «puertoriqueño» Mini Pierroth (Así lo demostró al iniciar su lucha con la bandera de Puerto Rico alrededor del pecho, e incluso entonando el himno de Puerto Rico) y se llevara la lucha, después de lances espectaculares y totalmente aplaudidos por el publico presente.

En la siguiente lucha, y disputando la Copa Baja, se enfrentaron Los locos del Ring TJ Boy y Arandu, contra los técnicos Ángel Metalico y Xtorm. Aquí fue donde la verdadera rudeza apareció del lado de los Locos, sillas y triplays fueron esa noche las herramientas de trabajo, que junto con un referee totalmente parcial (hacia el lado rudo, por supuesto) convirtió todo aquello  en una pesadilla para el bando técnico. Al final, la experiencia y el colmillo de los rudos y el saber manejar todas las variables en una lucha, se impuso ante el ímpetu de los jóvenes y técnicos gladiadores, que dejaron la Copa Baja en manos rudas.

Ya con un Gimnasio Municipal mas vacío que al inicio, dio comienzo la Lucha Super Estelar de la Noche: El Terrible y El Texano en contra de Héctor Garza y La Mascara.

Como lo dictan los cánones, la lucha dio inicio a ras de lona entre La Mascara y El Texano, ante las miradas atentas del publico y de los compañeros correspondientes desde las esquinas. Aquel concierto de llaves y contrallaves no duró mucho tiempo, El Terrible hacia su entrada al ring para montonear a La Mascara ante la indiferencia de su compañero Héctor Garza. Aquello creció hasta convertirse en casi novela: Héctor Garza traiciono -y literalmente pisoteo- a La Mascara, que aquella noche tuvo que soportar castigo incluso por parte del referee en turno El Murciélago. Los gritos de apoyo del público asistente y sobre todo niños, no fueron suficientes para que La Mascara tuviera una reacción, y termino por sucumbir ante el castigo impuesto por El Terrible, El Texano, El Referee y Héctor Garza. Aquello fue victoria para los rudos, para un técnico traicionero y para un referee rudo.

Así termino aquella noche de lances, traiciones y llaves; con un publico reducido, pero satisfecho con el espectáculo presenciado.

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